Quiero poner en disyuntiva un tema que nos acosa a todos. Escritores y lectores nos vemos involucrados en un sistema que rige las reglas del juego y muy pocos estamos conformes con esto. Si es así, por qué no cambia. ¿Qué podemos hacer?
La industria y comercialización actuales de libros están sometidas en casi el mundo entero al control del mercado. Esto es, las editoriales y distribuidoras trabajan por oferta y demanda. Ellas son empresas como otras cualesquiera que buscan obtener la mayor cantidad de dividendos posibles.
¿Qué significa esto para el autor? Tal y como funciona este sistema, si no tienes una fama o un incentivo que te haga “vendible” en el mercado, es poco probable que una editorial te publique, puesto que (en lenguaje financiero) serías “una inversión de alto riesgo”. Todo lo contrario ocurre si eres alguien famoso y se te ocurre escribir un “libro” (sepas hacerlo o no). Serán las mismas editoriales las que acudan a ti para pedírtelo. Ejemplos de esto lo vemos a diario. La más reciente oleada la tienen los youtuberes. ¡Hay que ver la vergüenza de panfletos publicados por esto chicos!
¿Qué significa este sistema para el lector? Cuando vayamos a una librería en busca de buena literatura será cada vez más difícil encontrar algo decente para instruirnos, deleitarnos y hasta para educar a nuestros hijos. Las librerías y ferias del libro se han convertido desde hace tiempo en un mercado degradado en los que la vulgaridad y frivolidad se imponen, encima que los precios son cada vez más altos.
Quienes defienden este sistema afirman que es totalmente justo, pues el mercado regula y responde a los intereses reales del público. La gente quiere más novelas eróticas, pues eso es lo que se publica. “Si publicáramos policiacos nadie lo compraría y ni público, ni editoriales estarían contentas”.
Sin embargo, este mito de la auto-regulación del mercado y su balanza de oferta y demanda se olvida de un elemento trascendental: los libros son los encargados de educar y moldear la opinión pública. Su misión es la formar al individuo y no permitir que caiga en zonas oscuras del pensamiento. Para lograr este cometido, los autores y las editoriales deben contar con una gran responsabilidad, profesionalidad y sentido ético y pedagógico en su quehacer. Si permitimos que sea el mercado y no la inteligencia humana lo que controle este proceso, pues claro que se venderán más novelas eróticas banales que buenos clásico o novelas contemporáneas.
La gestión de propaganda y publicidad de las editoriales y casas divulgadoras del libro y la literatura juegan un rol central en nuestras sociedades. Son pocos los gobiernos de este mundo los que han entendido esto y le otorgan, en consecuencia, el empoderamiento necesario para cumplir su tarea.
¿Cuál ha sido el modelo alternativo? Los países socialistas y algunos Estados socialdemócrata europeos han subvencionado la literatura y la publicación de libros. Esto a permitido que comprar un libro sea accesible a todo por los bajos precios con que se comercializan y ha facilitado el acceso de las nuevas generaciones a la publicación de sus obras.
Este modelo, lejos de ser perfecto, ha tenido también sus tendencias negativas. Quisiera en este caso poner el ejemplo concreto de Cuba para ilustrarlo mejor, dado que es el que más conozco de cerca.
En Cuba los libros han sido desde el triunfo de la Revolución subvencionados por el Estado, lo que significa que la inmensa parte del presupuesto de las editoriales proviene del presupuesto central de aquel y no por concepto de venta. Esto permite que los libros sean muy baratos y estén al alcance de todos.
Por otra parte, al eliminar la información que provee el mercado este sistema ha degenerado en elitismo, lo que significa que lo escritores escriben para su feudo y se alejan de los intereses del público. Este fenómeno, claro está, se agudizó con la crisis de los años 90 del siglo pasado, cuando los recursos del Estado no pudieron seguir apoyando como antes el proceso editorial. Aquí debemos añadir que en los momentos que las campañas de divulgación y promoción de los libros y la literatura han fallado se han producido los estancamientos en la comercialización de obras y el estímulo para la creación.
De este modo, creo que una vez visto la esencia de los dos sistemas: libre mercado y estatalización, podemos advertir que en estos es la labor divulgativa la que juega el rol central y no de dónde salen los presupuestos como nos hacen creer. En el sistema de mercado se publica y vende en función de las ganancias, descuidando en muchos casos la calidad y las oportunidades para los nuevos autores. La contraparte de este ha sido siempre la crítica especializada de revistas y académicos, así como los editores más estrictos. Pero seamos realistas, los críticos ahora escriben más para sí mismos y no para un público más amplio, abandonando la esperanza de atrapar a nuevos lectores y educarlos en la calidad y el buen gusto. Por su parte, los “estrictos editores” terminan haciendo lo que les ordena el CEO de la empresa. En el caso del modelo estatalizado todo se reduce al presupuesto que “caiga desde arriba” y en función de este se podrá publicar o no, en mayor o menor cantidad. Decidir qué se publica o no depende de los mismos actores: editores y críticos especialistas.
Es por ello que me atrevo a decir que, más allá de los presupuestos, quien detenta el alma de la creación y publicación son aquellos que están en contacto con el público, quienes divulgan las mejores obras y nos dan los instrumentos para elegir y educarnos con aquello que elegimos. Lamentablemente, esto es lo que está en verdadera crisis a día de hoy. Las revistas literarias solo las leen quienes habitan ese propio mundillo, los editores tiene cada vez menos voz y voto, los concursos más prestigiosos solo apuestan a los autores reconocidos (“inversión segura”), las ferias del libro se han quedado solo con le significado de “feria”, y la divulgación popular de los libros y la literatura en los demás espacios de la sociedad ha desaparecido o cuentan con poco respaldo institucional.
A mi modo de ver este es el estado actual de las cosas. Claro, la necesidad de la síntesis me obliga a ciertas generalizaciones y pasar por alto muchos detalles clave. Eso lo intentaré hacer poco a poco con ayuda de otras publicaciones en el blog.
Me gustaría saber sus opiniones sobre este tema y qué propondrían para mejorarlo o cambiarlo.
Andrey VR
Estoy totalmente de acuerdo. Actualmente escribir y publicar en editoriales se convierte en todo un calvario. En México desgraciadamente la corrupción ha degenerado el acto de escribir, los premios están amañados y ganan los mismos del grupo de siempre para los mismos de siempre. Hay alternativas como las editoriales independientes pero estas o triunfan y se degeneran en los mismos vicios de las editoriales fuertes o simplemente desaparecen. El problema con las revistas literarias es que en ellas se promueven, nuevamente, a los mismos de siempre y las nuevas voces terminan silenciándose. Hay escritores demasiado buenos en México pero son muy pocos comparado con los escritores pésimos que abundan en las librerías. Creo que la verdadera chance está en los blogs donde los escritores deciden qué cómo y cuándo escribir. El libro, como institución, está igualmente corrupto y manchado. Saludos!
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Así de lamentable es la situación. Creo que, como bien dices, debemos utilizar los nuevos espacios y plataformas para dar un salto generacional en la construcción y divulgación de los libros. Gracias por tu comentario!
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Tu comentario trajo a mi memoria ese momento en mi incipiente decisión de escribir cuando trabajé arduamente para terminar mi primer novela y tener la posibilidad de participar en un concurso nacional patrocinado por una de las editoriales más importantes de México. El concurso en cuestión era para autores nuevos no publicados, lo que en ese momento yo era. Para no hacer el cuento largo, quien ganó fue el hijo de un muy conocido escritor en el país y que contaba en ese momento con dos libros ya publicados. Ahí entendí que debía encontrar mis propios caminos y me refugié en las plataformas de autopublicación. Hice todo lo que la mercadotecnia me aconsejó pero mis textos se perdieron en ese enorme mar de libros que diariamente crece más y más. Ir por la libre es liberador y una experiencia edificante para todo escritor pero es un asunto solitario en general.
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Pues sí, la autopublicación para nada es la respuesta si queremos que nuestro arte llegue a todos. Tenemos que seguir buscando una alternativa.
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Muy buen artículo; me encanta esta frase «Las librerías y ferias del libro se han convertido desde hace tiempo en un mercado degradado». Sobre el tema de Cuba, tengo mis opiniones que no son 100% acordes a las que trata el texto, pues soy de allá y a pesar de que la monetización no es tan importante por parte de la industria editorial, sigue siendo la fama y el nombre lo que merece publicación (o sea, son los mismos autores o aquellos que tienen contactos específicos, los que son publicados y tomados en cuenta). Gracias por el texto😉
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Gracias a ti! Este es un tema del que estoy seguro volveré en mi blog. Prometo que en la próxima ocasión seré más exhaustivo con los casos en particular que trate. Gracias por el comentario!
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Llevas razón, pero siempre ha sido asi. En otras epocas el mecenazgo se ejercía través de la iglesia, los políticos o la gente adinerada, el poder en resumidas cuentas.
En estos momentos el mercado es el poder, es quien dicta la moda y controla las mentes de manera colectiva.
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Exacto! Saber este hecho es lo que nos debe impulsar a cambiar el orden de cosas. Resignarnos es aceptar la esclavitud y la miseria en el pensamiento.
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Suscribo plenamente tus quejas y me quedo con la última frase: Resignarnos es aceptar la esclavitud y la miseria en el pensamiento
Pero bajemos al nivel de la calle y abandonemos por un momento las elucubraciones intelectuales para entrar en el mundo real, el que nos rodea, el que comprende a nuestros conocidos e incluso a la gente con la que nos cruzamos y jamás volveremos a ver. ¿Qué piensan? Pensar da dolor de cabeza e implica tomar decisiones consecuentes con las ideas alumbradas sin ninguna garantía de éxito, con lo que se corre el riesgo de entrar en confrontación con el omnipotente pensamiento único, cuando por otra parte, resulta más cómodo sumarse a una idea precocinada que goza del beneplácito de una confortable mayoría.
Tristemente a la gente le gusta muy poco discrepar y prefiere repetir consignas o argumentarios de probada eficacia, por mucho que repugne a la razón.
…Y si, somos siervos e indigentes mentales. Pero lo peor de todo es que nos han convencido de que es lo que más nos conviene.
¿No da para pensar que las democracias y las dictaduras, salvo en las formas, siempre sean beneficiados los mismos?
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Las dictaduras y las democracias burguesas han sido engendro de la misma clase dominante. Nos toca a nosotros buscar la alternativa. Con respecto a lo primero que dices es importante recordar el rol de las clases intelectuales. Está claro que no todos se dedican al ejercicio intelectual y que la realidad que los agobia les hace caer con más facilidad en las redes de dominación. Es ahí donde los intelectuales jugamos nuestro papel de vanguardia en la liberación de todos. Ese es el sentido de mi escrito, reclamar porque escribir y publicar sea un acto verdaderamente democrático y que empodere a las ideas brillantes y nunca a lo banal, tal y como ocurre hoy. Gracias por tu reflexión.
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Hola, en mi opinión uno debe escribir sin importar la difusión, pero sí es un objetivo a superar y un proyecto entretenido. Por ello creo que la mejor manera es imprimirlo y encuadernarlo uno mismo, con ilustración y tapa y venderlo en parques o ferias. Ademas para la difusión se pueden hacer pegatinas con frase o slogan. Esto juega un poco con la idea del azar también y es mas barato y económico.
Esa es por lo menos la manera en la que a mi me gustaria hacerlo, un solido saludo
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Hola! Me gusta eso que dices «uno debe escribir sin importar la difusión». El acto creativo debe estar libre de toda atadura. Debe ser creación en sí mismo. Sin embargo, de qué sirve la creación que no se pone en común? El arte por el arte es estéril. El arte, solo al compartirse, cobra vida.
Por otra parte, todos podríamos imprimir y regalar nuestros manuscritos. De hecho, Wattpad y otras redes sociales ya se encargan de eso. Para mí ese es un triste retrato del Medioevo, donde todos iban al mercado a realizar el trueque. Lo que necesitamos en este siglo XXI es profesionalidad, calidad y mecanismos apropiados que se encarguen de evaluar, corregir y realizar la promoción. Repito: todo de forma justa y democratizada.
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El concepto de tribu en una sociedad globalizada se impone. Cada escritor debe buscar y hacerse su público. Soy partidario de la autoedición y de ser fiel a uno mismo. El éxito es banal.
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Hola Antonio José! Muchas gracias por su comentario y seguirme en el blog. Sobre lo que dice del éxito tendríamos que ver lo que significa para cada escritor o creador en particular. En mi caso, el éxito aparece cuando mi obra es capaz de influir positivamente en quien me lee. Eso no lo podría considerar banal. Si a lo que usted se refiere es la mediatización y clubes de fanes que admiran más la imagen del autor que a la obra misma, pues estoy de acuerdo con su opinión. Lo del «concepto de tribu…» no me queda claro a qué se refiere((
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Ante todo, muy buena entrada del blog. En la mayor parte estoy de acuerdo con varias opiniones de ustedes y con lo que pones en el blog en particular. Lo cierto es que ni las editoriales saben que es lo que va a petar en cuestión de ventas. Otra lacra que ha surgido a razón de la multitud de personas que se deciden a escribir (incluida una servidora) son las pequeñas y medianas editoriales, que simplemente se aprovechan del escritor vendiéndoles sus servicios y la impresión de su propio libro, llevarlo a los lectores y promocionarlo para darle visibilidad ya no es cosa suya, si no también del propio escritor. Así que sí, me sumo a la independencia y si pudiera lo haría desde mi propio dominio, publicando solo ahí en digital y usando amazon para editar en papel. Por el momento solo es una ilusión. Pero lo cierto es que tienes toda la razón, he leído mierdas tan grandes de superventas, que ganas me dan de no volver a publicar. Y sí, acá en España, si no tienes padrino (o sea un agente de los caros, muy caros) no te bautizas ni hay forma humana ni divina de que una gran editorial pueda siquiera aceptar un manuscrito de alguien que, ya de por si, no venda o tenga su propio club de fans. La realidad es que si no tienes forma de llegar a tus lectores potenciales, te vas a comer un mojón más grande que la estatua de la Libertad. Y hay tanta competencia que apenas eres una sardinilla más entre un enjambre descomunal. Es una realidad. La buena literatura se queda opacada ante un montón de lectores cada uno con sus gustos propios que no se fijan en la calidad literaria de la obra. Y tienes razón, hay grupos de lectores muy elitistas que se creen mas cultos que los demás por leer solo a gente conocida que a nuevos escritores. Hay que reconocerlo, en este océano hay mucho pez fantasma que escribe como el culo, pero que nadie se atreve a decírselo. Un saludo y disculpa por haberme alargado tanto, pero hijo, que desahogo, jajajaja.
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Desahogarse es lo de mejor que tenemos! Gracias por el comentario. La puerta de este tema sigue abierta. En lo particular, todos los días reflexiono mucho al respecto en busca de una solución e intentar preveer qué vendrá en el futuro cercano.
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En la introducción a mi Blog; sobre redes sociales e información, expreso que «la creación de estos sitios, las Redes Sociales, como la facilidad de publicar escritos, libros, opiniones, desde estas plataformas son una genialidad» . Tiene sus limitaciones y controles, pero siento que es algo grandioso para el que no tiene la fama y oportunidad publicitaria de esas editoriales.
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Está en nuestras manos apropiarnos de estos recursos y utilizarlos en pos de la creación. El tiempo dirá si hemos sido capaces.
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