Todavía falta un mes para que oficialmente llegue el invierno, pero ya el otoño nos dice adiós.
Los árboles han dejado caer sus hermosas hojas de color amarillo, rojo y naranja y están listos a la espera de la primera nevada.
Mientras, solo me queda disfrutar de estos infinitos ciclos de la naturaleza e inspirarme con ellos para escribir más.


Como escritor, debo confesar que estos viajes por las estaciones del año son el ejercicio perfecto para conocer el mundo sin desplazarme largas distancias. Cada vez que levanto la mirada de mi escritorio y descanso mis ojos a través del cristal, encuentro un paisaje distinto que me saluda y recuerda que el acto de crear es el más natural de todos. Así, inspiro toda esa energía y dejo que mi mano dance sobre el papel a voluntad de mi mente, tal y como lo hace el mundo más allá de mi ventana.

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Andrey Viarens